Sus orígenes se encuentran en la larga animosidad árabe-persa y en las rivalidades regionales; en concreto, Iraq quería invertir la delimitación de fronteras entre los dos estados, establecida en los Acuerdos de Argel (1975), para conseguir la anexión de la región de Shatt al-Arab.
Causas de la guerra
Ya en 1971, Irak había roto relaciones diplomáticas con Irán, debido a conflictos territoriales. Además, Irak estaba preocupado por la propaganda religiosa dirigida desde la nueva República Islámica de Irán con el ayatolá Ruhollah Jomeini al frente, contra el régimen baazista laico de Bagdad, y especialmente temía perder la lealtad de sus súbditos chiíes.
Sin embargo, la principal razón de la guerra fue la creencia del presidente de Irak, Saddam Hussein, de que la potencia militar de Irán se había debilitado en gran medida por la Revolución iraní de 1979, que derrocó al Sah Mohammad Reza Pahlevi, y que el apoyo que conseguiría por parte Occidental le permitiría obtener una fácil victoria, reconquistando Shatt al-Arab y la provincia iraní de Khuzestán
Invasión Iraquí
La guerra comenzó con la invasión de Irán el 22 de septiembre de 1980. Pero, aunque las fuerzas iraquíes obtuvieron éxitos al principio, Saddam detuvo a sus tropas, lo que dio tiempo a Iran a reorganizar sus fuerzas y lanzarse al contrataque.
Hacia 1982, las tropas iraquíes habían sido expulsadas de la mayor parte de Irán, que rechazó la posibilidad de comenzar un proceso de paz y continuó una guerra que pensaban que podrían ganar.
Guerra de trincheras
Entre 1982 y 1987 las fuerzas iraníes organizaron la ofensiva a lo largo de la frontera, fundamentalmente en el sur, donde el principal objetivo era la conquista de Al Ba'ra a la vez que cortaban la carretera que une Bagdad con Basora. Los ataques iraníes sobre las atrincheradas posiciones iraquíes recordaban a las tácticas de desgaste de la I Guerra Mundial. Irán comenzó a usar una infanteria muy numerosa pero pobremente armada. Se relatan casos en los que eran mandados sin arma alguna, usando la tactica de desbordamiento.
Iraq comenzó entonces a utilizar gases tóxicos. Con la ayuda de grandes donaciones y préstamos de los estados árabes de la región del golfo Pérsico, y el suministro de armamento (entre otros, de la Unión Soviética, Estados Unidos y Francia) Iraq resistió impasiblemente, mientras su fuerza aérea atacaba ciudades iraníes, instalaciones petrolíferas y petroleros en el golfo Pérsico.
Irán tomó represalias contra los estados que apoyaban a Iraq. Por sus tácticas, Iraq buscaba implicar a potencias exteriores en el conflicto, y en 1987, Estados Unidos y otras potencias asumieron la responsabilidad de proteger los cargamentos en el Golfo Pérsico.
Iraq recibió mucho apoyo técnico y armas de Estados Unidos en esta guerra. Sus armas químicas fueron producidas con materiales de doble uso otorgados por Estados Unidos y algunas compañías alemanas.
En 2002 el diario británico The Independent divulgo una lista de 22 compañías americanas que dieron apoyo en la fabricación de armas químicas del régimen de Saddam.